lunes, 27 de mayo de 2013

XIII Homenaje a Guillem de Montrodón

 
El XIII Homenaje a Guillen de Montrodón commemora la llegada y estancia en Monzón, siendo niño, del rey Jaime I, El Conquistisdador y su tutela por la Orden del Temple, entre los añños 1214 y 1217. es por eso que honramos la figura del comendador de la Orden, Guillem de Montrodón, quien educó al huérfano rey Jaime durante el duro proceso vital que fue su infancia, y que forjó su carácter como monarca.
 
Durante los años en que Jaime I residió en la capital del Cinca Medio, Monzón se convirtió en el centro de todas las atenciones del reino. Fue aquí donde comenzó la apasionante historia de un niño destinado a convertirse en uno de los reyes más grandes de la Historia de Aragón. El último fin de semana de mayo Monzón retrocede al Siglo XIII y revive su esplendor medieval, a través de su vertiente cultural e histórica y también lúdica, disfrutando de la compañía de personajes históricos que hicieron grande a nuestra ciudad. Una aventura que no dejará indiferente a nadie. ¿Te atreves a vivirla?
 
Pues bien, los templarios de castellón aceptamos el reto y el dia 25 de mayo poco despues del amanecer, reunimos nuestras tropas y preparamos nuestras armas y partimos prestos hacia la fortaleza de Monzón. Por delante nuestro nos aguardaban 48 horas de vivencias, diversión y solemnidad en desfiles, cortejos, mercado medieval, recreaciones históricas y regreso al pasado de un siglo XIII de penumbra, aliento y verdad.
 
Llegada a Monzón. El castillo, visto y no visto desde la lejanía, es un Guadiana que serpentea una ciudad populosa y mudejar. En el hotel, el rito prosaico del reparto de habitaciones. Y tras una rapida comida, nos preparamos para adentrarnos en el pasado, para viajar a una epoca antigua en la que los caballeros templarios eran los señores de Monzón. Después, preparados para comparecer ante los ciudadanos de una villa adornada con abalorios de una Edad Media en la que todo es posible y el firmamento brilla con la luz de una claridad de sol y viento, mucho viento. Cabalgata de estandartes y banderas. Templarios castellonenses de espadas, lanza y escudo, hacha, ballesta, fraile dominico, y el báculo de serenidad y prestancia del Gran Maestre. 
 
Encabezando el desfile, el que les escribe, portanto el estandarte de la orden y escoltado por los infantes, el futuro de nuestra orden templaria. Despues, las dueñas, de trajes blancos señoriales, bordados y estolas. Detrás, los sargentos con sus bombos y tambores, marcando el paso con sus toques, como lenguaje contundente del triunfo de lo verdadero frente a la herejía. Y cerrando el desfile nuestro Gran Maestre escoltado por nuestras tropas templarias.
 
Tras el desfile por las calles de la ciudad, nos encaminamos al castillo. La ascensión a la fortaleza. Sobre piedras milenarias. Lento caminar en la tierra ya pisada por el Rey Jaime I, cuyos pasos ya evaporados en la noche de los tiempos aun no se han olvidado. Y en lo alto de las murallas, tras atravesar una barbacana de leyendas y de trotar de caballos de guerras y de batallas, en el silencio ya de la noche, entramos en la que fue la ultima fortaleza templaria. Tras ocho siglos de ausencia, los templarios regresan a la fortaleza.
 
El patio de armas acogio los aderezados de vuelos de cetrería y los torneos de caballeros y arqueros. Por ultimo, la gran cena en los salones del castillo, con amigos y camaradas. Al acabar la cena realizamos nuestro brindis templario.
 
 
¡Oh liquido infernal!
¡Que te crias entre las matas!
Y hasta el hombre mas cabal,
Tu has hecho andar a gatas.
 
¿Estamos Todos?
Estamos
 
¿Cual Caballeros?
Cumplimos
 
¿A las mujeres?
Amamos
 
¿Y con los Hombres?
Nos batimos
 
Porque, ¿Bebio Hugo de Payens?
Bebio
 
¿Bebio Jakes de Molay?
Cual amigo del vino era él
 
Porque el que bebe
Se emborracha
 
El que se emborracha
Sueña
 
El que sueña
No peca
 
El que no peca
Va al cielo
 
Puesto que al cielo vamos
Un poquito nada mas bebamos
 
Y puesto que Dios en su infinita bondad
Borrachos siempre nos tiene
 
Sera porque le conviene
Hagase su voluntad
 
Arriba
Abajo
Al centro
Y para dentro
 

 
y tras la cena la música de Lurte, agradable combinación de música celta y rock sinfónico, jotas ancestrales y fuerza telúrica de agua y fuego a ritmo de chirimías, panderetas, violines y la flauta mágica.
 
El domingo nos mostró de nuevo un sol iluminado de estrellas de la mañana, que saludaban a los Templarios dispuestos a nuevas obligaciones en el recuerdo a Guillem de Montrodón. En la plaza Mayor, representación de la ceremonia de iniciación y jura de un caballero templario. Y, más. Nueva ascensión al castillo. Acto institucional. En el Salón de los Caballeros, discurso de la alcaldesa, concierto de la Coral Montisonense y entrega a la primera autoridad municipal de Monzón de la insignia de plata de los Templarios de Castellón como gratitud y esperanza. Discurso también de nuestro Gran Maestre, “Juntos somos más, juntos somos más fuertes”.
 
Y, apurando las últimas horas en Monzón, comida fraterna. Con la tranquilidad del deber cumplido y con el corazón renovado. En el viaje de regreso, el descanso reparador. El sueño que adormece mientras un caleidoscopio de imágenes surgen como recuerdos que no quieren borrarse, conscientes todos de sentirse protagonistas de escenas embriagadas del aroma de la amistad, de la belleza de existir y de llevar el nombre de Castellón por todo el orbe.
 

El Castillo de Monzón al amparo de la oscuridad
 

 

2 comentarios:

  1. Muy entretenida la entrada.Debe ser una fiesta bonita.Esta vez hemos llegado tarde.

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  2. Desde la organización del Homenaje quisiéramos agradecer vuestra más que agradable compañía durante todo el fin de semana del Homenaje a Guillem de Montrodón. Así como transmitiros nuestro agradecimiento en nombre de todos los montisonenses por vuestras actividades. Ha supuesto un verdadero deleite para nosotros contar con los templarios venidos de Castellón, gracias de todo corazón. Nos vemos el año que viene para seguir disfrutando juntos de la fiesta.

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